martes, 8 de julio de 2008

Provisión eterna: La siembra, el diezmo y la ofrenda


Si la Iglesia de Cristo en su totalidad obedeciera en diezmar y ofrendar -bases financieras para la expansión del Reino de Dios-, seríamos el pueblo más bendecido. Estos principios bíblicos son expresiones auténticas de amor que abren las ventanas de los cielos y derraman bendición hasta que sobreabunde. ¡Sembrar es vaciar nuestro presente para llenar nuestro futuro!

--Por Alberto Gloria--

Vivimos la verdad de que una buena semilla en una buena tierra siempre da como resultado una buena cosecha. Somos el resultado de lo que damos.

Financieramente hablando, ¿qué es sembrar?

La Biblia enseña que el ofrendar dinero es como sembrar una semilla en la tierra, en 2 Corintios 9:6 el apóstol Pablo, en un contexto totalmente financiero que inicia desde el capítulo 8, nos enseña que el que siembra escasamente, escasamente segará, y que el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Además, en Génesis 8:22, se establece que mientras la tierra exista, no cesará la siembra y la cosecha, al igual que el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Génesis capítulo 1:29-30 nos enseña que Dios creó todo con una SEMILLA dentro de sí; las plantas, los árboles, los animales y los seres humanos llevamos SEMILLA dentro nuestro, porque la semilla es lo único que asegura la multiplicación y la trascendencia.

Si deseamos cosechar manzanas debemos sembrar semillas de manzana, si deseamos cosechar amor debemos sembrar semillas de amor, si deseamos cosechar DINERO… ¿qué debemos de sembrar?

En la Biblia encontraremos términos como ofrendar, ofrecer holocaustos, sembrar, dar y repartir. (Estudie Lucas 6:38, Gálatas 6:7, Eclesiastés 11:1,2 y 6, Proverbios 18:16; 11:24).

¿Qué es diezmar?

Diezmar es una instrucción 100% bíblica, y fue establecida por Dios, no por los hombres. Es la acción de regresarle a Dios el primer 10% de todo lo que nos ingresa, nótese que es la primer porción de todo dinero que nos ingresa, porque Dios debe ser primero en todo. El diezmo es el 10% exacto de nuestros ingresos, no solamente “cierta” cantidad, o lo que nos imaginamos que debemos de dar, o dar un día de salario al año. El diezmo es la porción que Dios nos confía, Él espera que lo regresemos indefectiblemente como una acción de integridad. El diezmo es la porción que Dios ha destinado para recompensar a sus siervos, aquellos que trabajan en el altar.

Diezmar es escoger quedarnos con un 90% bendecido, en lugar de un 100% maldito. Según algunas estadísticas, el 70% de los creyentes miembros de congregaciones en el mundo NO DIEZMA, y del 30% que sí lo hace más de la mitad lo hace defectiblemente. Si la Iglesia de Cristo en su totalidad OBEDECIERA en DIEZMAR Y OFRENDAR, sería el organismo financiero más poderoso del mundo, y nosotros seríamos el pueblo más bendecido. (Estudie Levítico 27:30, Números 18:21, Malaquías 3:10-12, Lucas 11:42, Hebreos 7:1-10).

¿Es lo mismo sembrar y diezmar?

Aunque ambas acciones se ubican en el mismo rubro (finanzas), son dos acciones diferentes, sin embargo, son COMPLEMENTARIAS. Si se espera obtener resultados efectivos, entonces es un error diezmar y no ofrendar; lo mismo que sembrar ofrendas y no diezmar. Funciona así:

Diezmos

Abren los cielos asegurando lluvias, y Dios promete Su protección contra plagas (Devorador significa: el que se come la semilla). (Estudie Malaquías 3:9-11 / Deuteronomio 28:12).

Siembra

Es la oportunidad de provocar una multiplicación, aprovechando el poder dado por Dios que se encierra en cada semilla; sin embargo, una semilla sin buena tierra no produce nada.
(Estudie Génesis 1:29, Lucas 6:38, 2 Corintios 9:6,10, Isaías 55:10).

Cuando diezmamos y no ofrendamos, lo que obtenemos es una tierra húmeda, libre de plagas, pero sin producir, ¡un desperdicio de tierra! Cuando ofrendamos semillas financieras pero no diezmamos, lo que conseguimos es depositar buenas semillas en una tierra árida y plagada, ¡un desperdicio de semilla!

¿Dónde debo de diezmar?

En Génesis 14:18-20 se documenta la primera vez que alguien trajo diezmos: nos muestra a Abraham, el padre de la fe, regresando de una victoria que había representado un éxito económico, y le dio LOS DIEZMOS DE TODO a Melquisedec (rey de Salem), quien le recibió con pan, vino y la bendición; esto nos enseña que debemos de diezmar en el lugar donde el Siervo de Dios nos alimenta con el pan que representa la Palabra, el Vino que representa la unción del Espíritu Santo, y que además profiere palabras de bendición para nuestra vida, es decir; aquél que intercede por nuestros éxitos.

Malaquías 3:10 enseña que debemos traer todos los diezmos a la Casa de Dios; entonces, lo correcto es que todos tengamos un lugar donde congregarnos, así como un pastor que nos enseñe, nos corrija y nos guíe; por eso Dios mismo estableció pastores, es allí donde debemos llevar el primer 10% de nuestros ingresos.

Piense en esto: ¿Cuando usted va a comer a Mc Donalds paga en Burger King? Algunas personas son bendecidas por ministerios televisivos o externos a sus iglesias, y empiezan a destinar sus diezmos hacia esos lugares; esto es incorrecto, porque cuando se necesita la ayuda presente, en las madrugadas de emergencia, en los tiempos de enfermedad, la televisión no estará allí para darnos el toque personal, pero siempre estará nuestro pastor; podemos enviar ofrendas o semillas a mil lugares, pero el diezmo se lleva a la casa donde nos congregamos. En el caso de aquellos que no tienen una iglesia les es permitido diezmar en ministerios televisivos o similares, sin embargo, tales personas deben buscar un lugar donde crecer, donde experimentar la unción corporativa, y tener la mentoría de un padre espiritual que los perfeccione para la obra del ministerio. (Estudie Hebreos 10:25, Mateo 18:20, Efesios 4:11-13, 1 Corintios 4:14-15, Deuteronomio 23:25).

¿A quién castigo cuando no diezmo?

Algunos creyentes miembros de congregaciones, suelen entender el diezmo como una herramienta para premiar o castigar a sus pastores. Cuando el pastor conduce a la iglesia o sus enseñanzas de acuerdo con su manera de pensar, este tipo de creyentes llevan los diezmos a la iglesia con gozo y fidelidad; sin embargo, en cuanto el pastor predica o toma decisiones contrarias al gusto de dichos creyentes, ellos dejan de diezmar, pensando que castigan al pastor y que seguramente así harán cambiar sus decisiones. Debemos entender lo siguiente:

a.- El único que resulta castigado en esta acción es aquel que deja de diezmar, ya que es él quien está rompiendo la ley espiritual; debemos recordar que ni los aciertos, ni los errores de nuestras autoridades pueden ser usados como licencia para romper los principios escriturales. Alguien dijo una vez: “Es imposible romper la ley, en realidad nos rompemos nosotros mismos en el momento que tratamos de romperlas”. ¿Quién se arruina?, ¿el criminal o la ley?, el criminal, pues aunque no sea encontrado por la justicia humana, lo será por la divina. (Estudie Proverbios 9:12).

b.- Estas acciones son intentos de manipulación (brujería), y aunque maltratan al siervo de Dios porque se le está reteniendo la porción que legítimamente le ha sido dada por Dios, no lo perjudicará, ya que si él está obedeciendo a Dios en cuanto a qué enseñar o qué acciones tomar para el rumbo de la iglesia, Dios le proveerá a él por otras fuentes; es triste que en muchas ocasiones usa a personas que ni siquiera caminan en el Reino, porque la iglesia está encaprichada e ignorante. (Estudie Nehemías 13:10-13).

c.- Aunque el siervo de Dios esté tomando decisiones equivocadas o cometiendo errores, debemos entender que nosotros le llevamos los diezmos al Señor no al pastor: Melquisedec representa o simboliza a Cristo Jesús, ya será nuestra decisión si nos quedamos o no en dicha iglesia, pero jamás debemos detenernos de honrar a Dios con nuestras primicias porque diezmar es PARA NUESTRA BENDICIÓN. (Estudie Hebreos 7:8, Proverbios 3:9-10).

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Alberto vive en Monterrey, México a un lado de su esposa Yolanda y sus hijos David Alejandro y Gracia Fernanda. Es licenciado en Teología por Vision International University and Collage, maestro en las áreas de Finanzas Bíblicas, Excelencia, Fe y Carácter; anfitrión del programa televisivo “Sabiduría Para Ganar”, transmitido por Enlace-TBN, además es fundador de la Familia Apostólica Internacional Kalos (FAIK) y presidente de Lidexel. Comparte su visión en la página web: Albertogloria.com, y dice orgulloso que “Somos un matrimonio dedicado a servir con pasión y excelencia al cuerpo de Cristo en la naciones”.
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3 comentarios:

Jorge M. Chávez dijo...

Saludos hermano desde Perú.
Solo para dejarte este link, que se trata de un artículo que escribí sobre el diezmo,
sin ánimo de debatir en este esapcio, sino de mostrar a los lectores otra postura también bíblica.
Solo te dejo la pregunta, en qué momento se le dice a la Iglesia que el diezmo es obligatorio??

un sincero abrazo
y en la paz del Señor.

Jorge Chávez

Revista Hermoso Amanecer dijo...

Apreciado hermano en Cristo,

Cuando uno es del Espíritu y conoce al Dios vivo, al Creador y Autor de la Vida, el dueño de los cielos y la tierra, del oro y la plata, sabemos que nosotros, ínfimos ante Él, no podemos sino reconocer su grandeza. Somos pequeños ante Él.

Diezmar y ofrendar es un honor. Un corazón agradecido hace todo por quien sabe a quien cree. Así como nadie nos obligó a ser cristianos sino todo nació de lo más íntimo de nuestro ser, este concepto se aplica a todo orden de cosas celestiales. Los que obedecemos bíblicamente en esta área financiera es por agradecimiento, alabanza y adoración.

Cuando un niño es rebelde y no quiere estudiar ni aprender busca cualquier excusa para no ir a la escuela, y ese día se alegra.

En las Escrituras Jesús dice: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

Recordemos que todos seremos juzgados en el tribunal de Cristo por nuestros actos, y cuánto más quienes lideran a un grupo de personas. Tengamos temor y temblor ante Dios y no nos dejemos llevar por doctrinas falsas, adornadas con lazos de bondad y justicia.

El Señor Jesús brinde sabiduría a tu vida

Carlos
Editor Hermoso Amanecer

Anónimo dijo...

Hermano, Dios me ama y no me obliga a diezmar. Oiga esto y diga si es o no es biblico lo que aparece aqui. Dejen de estar engañando al pueblo de Dios y echarle maldiciones y miedos que no son de Dios. Soy pastora y hasta ahora gracias al Señor Dios siempre me ha suplido de una renta que tengo. Creo que el obrero es digno de su salario, pero hay una realidad, muchos pastores estan haciendo del evangelio un negocio. Yo no doy para que Dios me de o esperando recibir dinero a cambio, doy porque ya Dios me dio lo mas hermoso que puedo recibir, mi salvacion. Y eso enseño a todas las iglesias. Esto qu le envio es de hermanos que piensan lo mismo que yo. Fundamento biblico. Espero que copie esta informacionc, que usted la lea y la analize a raiz de las escrituras. Lea , y por favor escriba sus comentarios, pero solo luego que guiado por el Espiritu de Dios, lo ea. Gracias. Dios le bendiga.- http://www.vrg.us/Luevano/Escritos2/Diezmocristianodebe.htm
La respuesta rápida es: ¡No! Los cristianos no están bajo el mandamiento u obligación de diezmar. Reconocemos, eso sí, que un gran número de pastores ponen la obligación sobre los hombros de los fieles. Existe mucha enseñanza errónea respecto al diezmo, y ésta se origina en un falso entendimiento de la práctica de diezmar en el Antiguo Testamento. Los diezmos no eran primariamente ofrendas a Dios sino impuestos para sustentar el presupuesto nacional de la nación de Israel.

Israel fue originariamente una teocracia y el sacerdocio levita actuaba como un gobierno civil administrativo. Existía el diezmo o impuesto levítico (Lv. 27: 30-33). Este diezmo era para la manutención de los levitas y a su vez, éstos daban el diezmo de los diezmos para el funcionamiento del templo y las cámaras del tesoro nacional (Nm. 18:26;Neh. 10:38). Habían otros impuestos más reducidos sobre el pueblo como no cosechar las esquinas de los campos para que los pobres pudieran recoger (Lv. 19:9-10), y no cosechar siembra cada siete años para que los pobres y los animales fueran suministrados con alimentos (Ex. 23:10-11). La suma total exigida de los israelíes no era el 10 por ciento, sino por encima del 20 %. Todo esto se usaba para administrar la nación.

El resto de las ofrendas, aparte de los impuestos colectados para el funcionamiento del gobierno, eran voluntarios (Ex. 25:1-2; 1 Cr. 29:9). Cada persona daba lo que su corazón le dictaba, ningún porcentaje o cantidad era especificado.

En el Nuevo Testamento, los creyentes no tienen mandamiento de diezmar. Mateo 22:15-22 y Romanos 13:1-7 especifican lo único que el cristiano debe pagar en estos tiempos, o sea, los impuestos al gobierno, es todo.

¿Significa esto que los cristianos no debemos ofrendar a Dios? No realmente, el Señor ama al dador alegre, así que usted es libre de dar por debajo o por encima del 10 por ciento si Dios lo pone en su corazón. Recuerde que los edificios de las iglesias requieren mantenimiento, los pastores son dignos de su salario (1 Co. 9:7-14, 1 Ti. 5:17-18), la luz y el agua hay que pagarlos si no los servicios son suspendidos, los misioneros necesitan sustento, los ministerios de ayuda necesitan donaciones, el material impreso y las biblias cuestan dinero, etc.

Segunda Corintios 9:6-7 marca la pauta de nuestras ofrendas a Dios: “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Pero reitero, nadie está obligado a diezmar, y Dios no le amará más ni retendrá sus bendiciones hacia usted porque usted no diezme, como le quieren hacer creer muchos pastores.

Los cristianos que dicen que el diezmo es obligatorio hoy en día, utilizarán todo tipo de estratagema para que la gente diezme y para hacer sentir culpable a los que no lo hacen. He aquí algunas artimañas y su refutación a continuación:

1) Abraham y Jacob diezmaron antes de la Ley – En el caso de Abraham, el NO dio los diezmos de sus pertenencias o ganancias, sino del botín de guerra como resultado de su victoria sobre los reyes de Mesopotamia. Jacob, por su parte, prometió a Dios el 10 por ciento de sus posesiones si Dios lo guardaba en su viaje a casa. Ambos diezmaron como respuesta a una bendición. No se trató del diezmo mosaico en el cual la persona debía diezmar le fuera como le fuera, bien o mal. Por otra parte, si los cristianos debemos diezmar hoy basados en este argumento, también debemos circuncidarnos porque los patriarcas lo hicieron. Decir que los judíos practicaban el diezmo antes de la Ley es abusar el texto bíblico.

2) Desde que el NT no prohíbe específicamente diezmar, entonces la práctica sigue en efecto hoy – Una lectura de Hechos 15 despeja las dudas y pone este argumento bajo tierra. Allí el Espíritu Santo y los apóstoles decidieron que los gentiles no estaban obligados por la Ley y sólo enumeraron ciertas excepciones como abstenerse de idolatría, sangre de ahogado y fornicación, pero no mencionaron ni sombra de la ley de diezmar. Además, si debemos diezmar por la simple razón de que el mandamiento no está abolido específicamente en el NT, entonces deberíamos guardar otras partes de la Ley que no están mencionadas en Hechos 15, entre ellas: hacernos flecos en las cuatro puntas de nuestras ropas (Dt. 22:12); mantener nuestros cabellos y barbas de acuerdo a la Ley (Lv. 19:27; perdonar a nuestros deudores cada siete años ( Dt. 15:1,2), etc.

3) Los cristianos deben diezmar porque al hacerlo reconocemos que todo le pertenece a Dios – No existe en la Biblia ninguna mención de esto. Una persona puede reconocer el principio de que Dios es dueño de todo sin necesidad de diezmar. Este argumento, por lo tanto, es una invención para hacer sentir a la persona culpable frente a Dios.

4) Diezmar es parte integral de la vida cristiana – No existe en absoluto ninguna Escritura para apoyar esta idea. Aun más, como dijimos anteriormente, no hay ningún versículo o pasaje en el NT que ordene o dé mandamiento de diezmar a los cristianos. Tampoco hay un solo ejemplo de un cristiano diezmando en la Biblia.

5) Si no diezmamos le estamos robando a Dios – Esta es la triquiñuela favorita de muchos pastores. Usan el pasaje de Malaquías en el capítulo 3. El libro de Malaquías no fue escrito para los cristianos. Los profetas del AT se caracterizaban por exhortar al pueblo a guardar la ley de Dios. Malaquías también lo hace (Mal. 4:4), por lo tanto, ¿cómo puede ser que Malaquías 3:8, (¿Robará el hombre a Dios?) haya sido escrito para los cristianos, los cuales no estamos bajo la Ley? Jesucristo dijo que la ley y los profetas fueron hasta Juan (Lc. 16:16). Como si esto fuera poco, acusar a los cristianos que no diezman de ladrones es condenarlos al infierno virtualmente, ya que 1 Corintios 6:10 dice que los ladrones no heredarán el reino de Dios. Los que quieren imponer sobre los cristianos el diezmo del AT, tendrían que saber que bajo la ley, aun si diéramos el 10 % , estaríamos robándole a Dios, ya que como hemos visto la suma total de los diezmos era por encima del 20 %. Otro punto a considerar es que eran los levitas los que debían de traer el 10% de los diezmos, es decir el diezmo de los diezmos, “a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro” (Neh. 10:38). Por lo tanto, Dios estaba reprendiendo a los levitas en Malaquías 3, no al pueblo. El equivalente a los levitas en tiempos modernos serían los controversiales pastores que exigen el diezmo. ¿Traen ellos el diezmo de los diezmos a la iglesia? ¿O continúan viviendo en abundancia a expensas de su pobre grey?

Conclusión

El mandamiento de diezmar no es para los cristianos, punto. No diezmar no es equivalente a pecar, robar o desobedecer a Dios. Los ministros que enseñan lo contrario deben arrepentirse de enseñar algo que es contrario a la Palabra de Dios y que aprisiona a los cristianos en un sistema legalista enemigo de la gracia. En materia de ofrendar a Dios debemos seguir nuestra conciencia y usar discernimiento. Somos libres de diezmar, y aun de dar más del diezmo, pero todo en la libertad con que Cristo nos hizo libres. Para que no se nos mal entienda, proponemos lo que la Biblia enseña, que el cristiano debe ofrendar regularmente (Ro. 16:1), de acuerdo con sus posibilidades. No se trata de ofrendar cuando “sienten” que deben hacerlo, o guiados por sus emociones, sino como una manifestación disciplinada de su amor por el Señor.

Obsérvese que dije “de acuerdo con sus posibilidades”. Si como resultado de una economía inestable usted pierde su trabajo o sus ingresos son cercenados, si usted integra las filas de los desposeídos a través del mundo, no tiene porque ofrendar. Por el contrario, es la iglesia la que tiene que ayudarlo a usted, si la iglesia está en condiciones de hacerlo. Si usted tiene que elegir entre alimentar su familia o dar a la iglesia, escoja lo primero, porque el que no provee para los suyos es peor que un incrédulo (1 Ti. 5:8).

Por último, digamos que ofrendar o dar diezmo para salir de una deuda, o para que Dios nos dé más, no es bíblico. Se trata de un mito propagado por los falsos maestros de la confesión positiva y el evangelio de la prosperidad. <>

Dios te bendiga

Pablo Santomauro